En los últimos cinco años, diversos grupos brasileños han empezado un proceso de expansión en el mercado peruano. A grupos como Gerdau, Compañía Vale Do Rio Doce y Petrobras, se suma el de Votorantim Metais, propietario de la refinería de zinc de Cajamarquilla. La semana pasada, la firma anunció que ampliará esta planta con la finalidad de duplicar su producción. Joao Bosco Silva, director superintendente de Votorantim, señala que la inversión que realizarán no se debe al buen momento de los precios de los metales: va más allá. Se trata de aprovechar las ventajas competitivas que se han generado en el país. Teck Cominco, el anterior propietario de la refinería de Cajamarquilla, ya tenía planeada la ampliación de esta planta, pero desistió. ¿Qué los hace a ustedes llevar adelante este proyecto? Desde el momento en que tomamos el control de la refinería teníamos la intención de expandir su capacidad. Hicimos una inversión en los primeros años para desarrollar un poco más la operación y ahora estamos haciendo esta inversión de US$500 millones en dos fases. La primera, que empezó a operar la semana pasada y que nos permite crecer en 30 mil toneladas la producción de concentrados de zinc, nos ha exigido una inversión de US$100 millones. En la segunda invertiremos US$400 millones para crecer de 160 mil toneladas a 320 mil, duplicando la capacidad en el 2009. Esto es mayor a lo que había pensado inicialmente Teck Cominco: 240 mil toneladas.