Desde que Alberto Fujimori fugara al Japón, en noviembre del 2000, tras conocerse la corrupción que imperaba en su gobierno, la justicia peruana esperaba que volviera a territorio patrio para que respondiera por diversos delitos que se le imputan. Esto, que hasta ayer era una esperanza, se convirtió en realidad debido al fallo de la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema de Chile, que aprobó su extradición por siete casos: dos vinculados con violaciones de derechos humanos y cinco por hechos de corrupción. De ser hallado culpable, podría pasar hasta 30 años en prisión. Las autoridades peruanas y chilenas acordaron que un avión de la Policía Nacional viaje a Santiago para traerlo de regreso. Se espera que la aeronave, que partió ayer, retorne hoy a Lima con Fujimori a bordo para ser recluido temporalmente en la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes). (Edición Sábado)