La imagen del Congreso está en juego. Mientras el presidente Alan García dejó entrever ayer que sus parlamentarios deberían aplicarle a Tula Benites Vásquez la misma sanción que a Elsa Canchaya, la bancada aprista continuó moviendo sus piezas para blindar hoy, a cualquier costo político, a una de sus integrantes durante la sesión plenaria en la que se discutirá el informe de la Comisión de Ética que solicita suspenderla por 120 días por la irregular contratación de un auxiliar 'fantasma' en su despacho.García -quien hoy debe estar en el otro lado del planeta- pidió a su grupo parlamentario que comprenda que todos los funcionarios deben estar expuestos a que, en algún momento, se les cuestione y que nadie debe pedir fueros especiales ni reglas morales distintas.