Preocupa y llama la atención el ánimo expansivo del Gobierno en cuanto a las previsiones presupuestales del 2008, que no se condice con la criticable incapacidad de gasto que hemos visto en los últimos meses, no solo en licitaciones frustradas sino en la ineficiencia para elaborar proyectos de inversión pública.Para el próximo año se ha planteado un presupuesto de S/.71.049 millones, lo que significa un incremento del 15% respecto al del 2007 (y de 38%, si consideramos el inicio del gobierno aprista). Asimismo, se ha aumentado en ocho veces el fondo de reserva para desastres. ¿Cómo se van a manejar estos presupuestos sobredimensionados si sabemos que este año todas las instancias gubernamentales no podrán ejecutar S/.6 mil millones por la reiterada incapacidad de ejecución de gasto? Hay que levantar la voz de alerta ante la impaciencia que esto podría generar en el sector público, lo que a su vez podría llevar a flexibilizar los controles y dar lugar a descalabros corruptores.El Congreso de la República debería tomar en cuenta estas preocupaciones en el inminente debate presupuestal. La disciplina fiscal no puede ser menoscabada por vacíos que exigen más orden y prudencia en el manejo de los recursos. Habría que mantener los actuales parámetros presupuestales y, solo si es necesario, autorizar créditos suplementarios dependiendo de la adecuada ejecución del gasto público.