La emergencia que afecta a miles de compatriotas no admite demoras y reclama que los poderes Ejecutivo y Legislativo superen sus desencuentros para aprobar la ley de creación del llamado fondo para la reconstrucción integral de las zonas afectadas por el sismo del 15 de agosto (Forsur).Todos fuimos testigos de que, mientras el Ejecutivo daba a conocer extraoficialmente el nombre del encargado de manejar la nueva entidad, una especie de 'zar' de la reconstrucción, no se sabía cuáles eran las facultades, competencias y atribuciones del Forsur.Aquí hay responsabilidades compartidas, entre el Gobierno, que demoró en enviar el proyecto al Congreso, y de este último para pisar el acelerador y poner a debate dicha iniciativa.Es cierto que la ayuda de emergencia está llegando, pero también que ha habido una serie de enojosos problemas debido precisamente a la descoordinación y desorganización. Y ahora que pasamos a una segunda etapa, la de la reconstrucción, es imprescindible evitar estos errores.No se puede poner la carreta delante de los caballos. Antes de nombrar a un 'zar' debiera tenerse consolidada la institución que va a presidir. No fue así y ahora le corresponde al Congreso aplicarse a evaluar con la debida prioridad el proyecto para crear el Forsur, sin prisa y sin pausa pero sin esperar hasta mediados de la próxima semana.Se trata de un poder autónomo y llamado a dar leyes y fiscalizar, pero en la coyuntura actual estas atribuciones congresales tienen que orientarse a paliar la emergencia y planear la reconstrucción, sin detenerse a cumplir todos los formalismos y burocratismos de siempre.El sur no puede esperar. Ambos poderes tienen que entender que el Forsur ha debido estar creado. Y es responsabilidad de ellos salir ¡ya! de este entrampamiento.(Edición sábado).