Es emblemático y saludable que uno de los premios del concurso Buenas Prácticas Gubernamentales haya sido ganado por magistrados que colocaron sus sentencias en Internet. Reflejan así, lo que es ejemplarizador, una voluntad de transparencia y eficiencia que debiera ser la regla y no la excepción, como lamentablemente ha sido hasta ahora, con grave daño a los derechos de los litigantes.Si a ello sumamos el reconocimiento al Poder Judicial por la creación de juzgados comerciales, podríamos decir que se están dando avances significativos en la reforma de este poder del Estado, que deben ser alentados y apoyados por el Congreso a través de la aprobación de nuevas leyes.Queda aún mucho por hacer. Y ese es el principal mérito del concurso que organiza Ciudadanos al Día (CAD): hacer un diagnóstico crudo y objetivo de las falencias y bondades de las entidades públicas y premiar estas últimas. Y nos satisface que en su tercera edición, que auspicia El Comercio, se haya reconocido a 15 entidades estatales, entre ellas cuatro del interior del país.Se trata, finalmente, de que los burócratas entiendan que la razón de ser del Estado es servir al ciudadano y no servirse de él. La administración pública, sostenida por los contribuyentes, debe y puede cambiar. Y eso pasa por un cambio de leyes, pero sobre todo de mentalidad y de sentar precedentes que premien la eficiencia y denuncien el abuso y la mediocridad.