Las aguas en el sector eléctrico no están del todo tranquilas. Después de que el Congreso modificó la Ley de Concesiones Eléctricas, las empresas del sector, generadores y distribuidoras, se comprometieron a ponerse de acuerdo para firmar contratos de abastecimiento de energía. Así, precisaron que todos los contratos que venzan en los próximos tres años deberían ser renovados. Hasta ahí, todo parecía ir bien. Sin embargo, las distribuidoras habrían aprovechado que la nueva ley de concesiones suspendió la exigencia de que se firmen contratos adelantados por dos años para hacer diversas exigencias a las generadoras antes de renovar los contratos de abastecimiento. Así, algunas distribuidoras exigirían que se les considere como parte de la energía a contratar los excesos de consumo que podrían formar parte de una mayor demanda en su zona de concesión, además de que esta energía sea vendida por las generadoras a un precio regulado (precio para el público residencial), a lo cual las generadoras se negaron rotundamente, ya que las distribuidoras podrían utilizar ese excedente para competir en el mercado libre (venta negociada de energía a clientes que consumen grandes cantidades de energía como las industrias).Además, las distribuidoras dicen que es difícil renovar los contratos de los próximos tres años porque no son uniformes, lo cual hace inviable renovarlos todos, tal como era el acuerdo inicial.