Parecía una broma de mal gusto, pero era verdad Y dura ha sido la lucha que ha debido acometer nuevamente la prensa independiente para que el Congreso dé marcha atrás en una maniobra realmente escandalosa e injustificable: ¿A quién, en su sano juicio, se le puede ocurrir colocar en la Comisión de Fiscalización a congresistas sobre los que pesan graves denuncias por abuso de la función pública?Efectivamente, sean titulares, accesitarios o con licencia, lo cierto es que estaban propuestos como miembros de dicha importante comisión a Tula Benites (del Apra), Walter Menchola (Unidad Nacional) y Ricardo Pando (Grupo Fujimorista). Es decir, querían poner al gato de despensero, en una recusable iniciativa por la que tienen que asumir responsabilidad todas las bancadas.Los mencionados congresistas son acusados de haber contratado irregularmente como asesores a personajes allegados a su entorno, que no tenían la formación profesional pero que cobraban puntualmente un sueldo del Congreso. Y todos ellos tienen procesos abiertos en la Comisión de Ética y es previsible, si las cosas se manejan correctamente, que eventualmente puedan ser suspendidos o desaforados, como sucedió en el caso de Elsa Canchaya.¿Cómo, en estas circunstancias, podrían integrar la Comisión de Fiscalización? Tal parece que estos nombramientos obedecían a oscuros negociados o compromisos bajo la mesa vinculados a la elección de la nueva mesa directiva. Y en lo que se refiere al presidente de la comisión, Francisco Escudero (de UPP), sería conveniente que diera también un paso al costado, pues en el pasado reciente ha mostrado una conducta grosera y violentista.La crítica situación que vivimos con el terremoto de Pisco no puede ser aprovechada para urdir acciones tan burdas e inaceptables como estas, que son una burla al país y divorcian aún más al Congreso de la ciudadanía, con adicional y gravísimo daño para la institucionalidad democrática. A última hora, y afortunadamente para el país, este oscuro tejemaneje se frustró y se procedió a cambiar a los tres congresistas con denuncias en curso. ¿Pero por qué tuvo que llegarse a este extremo?A pesar de todo, la nueva mesa directiva, que prometió un golpe de timón radical para acabar con la repartija y el otoronguismo, debe aún una explicación urgente y puntual a los ciudadanos electores.