La minería está en un momento óptimo para atraer nuevas inversiones e incrementar las que ya existen. El alza de los precios internacionales del oro y el cobre incentivan el desarrollo de nuevos proyectos y sólo en el 2004 las exportaciones mineras alcanzaron un valor de US$6,770 millones y el sector logró una expansión de 5.5%. Durante la última década los empresarios mineros han invertido más de US$6,500 millones en el país y tenían una perspectiva de inversión comprometida de US$10 mil millones en un total de 276 proyectos, sólo para exploración. Sin embargo, estas proyecciones penden de un hilo.La situación del país en la década del ochenta, donde imperaba el terrorismo y el caos económico, quedó impregnada en el recuerdo de la mayoría de los empresarios mineros, quienes ante la falta de seguridad para sus inversiones optaron por retirarse del interior del país, generándose recesión económica, crecimiento del desempleo y más pobreza extrema en zonas deprimidas.Estos hechos y sus consecuencias estarían a punto de volverse realidad otra vez para mala suerte del país.¿Cuál es la razón? Infiltrados de la agrupación criminal Sendero Luminoso están ingresando a las comunidades donde se desarrollan inversiones mineras, utilizando diversas máscaras, para convencerlas de que la única forma de conseguir lo que buscan es mediante actos de violencia y no la negociación o el diálogo.José Miguel Morales, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), habló claro: "Sí hay influencia senderista. Un ejemplo de ello es que dentro de los autodenominados frentes de defensa que pretenden sacar de sus cargos a los alcaldes del distrito de Pulan y la provincia Santa Cruz (zona de influencia de La Zanja), se encuentran el Sindicato Unitario de Trabajadores de Educación en el Perú (Sutep), Patria Roja, e infiltrados de Sendero que amenazan la vida de los alcaldes, que no pueden regresar a ejercer sus mandatos por el cual fueron elegidos".