INTENTAN FRENAR DESAORGANIZACIÓN EN LABORES DE AYUDA Y SOCORRO
20 de agosto de 2007

Cuatro días después del terremoto, dos conclusiones se desprenden de lo visto y escuchado en el sur del país. Una, que ya suena a cliché y que se repite cada vez que algún desastre natural golpea el país, es que no hubo prevención alguna. Dos, que la desorganización ha sido tan visible como la improvisación. Luis Bromley, jefe del Instituto Nacional de Medicina Legal y una de las varias cabezas que dirige las actividades en Pisco, lo pudo explicar con sus palabras. "En este país faltan expertos en emergencias y desastres", comentó ayer desde la Plaza de Armas de Pisco, donde aún se ve el efervescente movimiento de efectivos policiales y militares, escuadrones de rescate (y decenas de periodistas que han venido desde diversos países), así como de maquinarias pesadas que remueven escombros. Se calcula que hay 300 mil toneladas en desmonte en la ciudad de Pisco. Esta situación alcanzó incluso a los extranjeros voluntarios y miembros de diversas organizaciones que llegaron hasta Pisco para prestar apoyo. Se oyó decir a voluntarios provenientes de Francia y España que no podían realizar sus labores porque no recibían indicaciones concretas de los encargados. Pasado el mediodía, y viendo esta situación --más vale tardísimo que nunca, después de todo-- se organizaron las actividades en cuatro puntos específicos con la finalidad de frenar de una vez la desorganización campante.