FIRMEZA Y CABEZA FRÍA
15 de agosto de 2007

Lo positivo de la desmedida reacción en Chile por la decisión legítima del gobierno peruano de aprobar y registrar la cartografía del límite marítimo del sur en la ONU, es que nos ha permitido establecer una política de Estado en este tema.La expresión inequívoca de ello es la poco usual votación unánime alcanzada ayer en el Congreso peruano para respaldar la decisión de nuestra Cancillería. Es una buena señal.En una democracia no es necesario -ni recomendable- la unanimidad en todo, pero la política exterior constituye una excepción. Conseguirlo es una misión fundamental de la Cancillería a través de la información, persuasión e inclusión de puntos de vista valiosos que existan fuera del gobierno.El proceso para llevar el diferendo limítrofe ante la Corte de La Haya, y alcanzar un fallo final, será complejo y más prolongado que el período de un solo gobierno. Por ello, Torre Tagle debe encargarse de fortalecer las relaciones con los distintos sectores del país con el fin de mantenerlos unificados en torno a una estrategia nacional.Asimismo, durante dicho proceso se deben evitar las voces destempladas que pretendan exacerbar nacionalismos trasnochados, especialmente en un asunto que debe mantenerse en la vía diplomática y jurídica, buscando que no afecte la posibilidad del desarrollo de una relación bilateral que, sin duda, es mucho más extensa y valiosa -para ambos países- que el diferendo limítrofe, lo cual no implica quitarle su importancia.El Perú está seguro y tiene confianza en sus argumentos sobre la controversia. Lo que corresponde, entonces, es asegurar su adecuada demostración en la Corte de La Haya.En este sentido, el desafío de los próximos años para el Perú -y Chile- es administrar el proceso de solución de la discrepancia como dos naciones maduras, con firmeza y cabeza fría, y demostrando la capacidad de resolver sus diferencias por las vías correspondientes, al margen de las voces que, en ambos lados, querrán patear el tablero. La actitud de los presidentes Alan García y Michelle Bachelet será crucial para ello, señala el director de Perú 21, Augusto Álvarez Rodrich.