Todo comenzó cuando Del Castillo y César Zumaeta improvisaron una conferencia de prensa para denunciar que Carlos Almerí (PP) y Fausto Alvarado (FIM) habían chantajeado a los portavoces de la oposición diciendo que, si no aceptaban debatir la creación de la comisión investigadora del supuesto complot contra el régimen, las bancadas oficialistas no participarían del debate de los dictámenes acordados.Ante esta denuncia, el oficialista Eduardo Salhuana llamó "acusete" a Del Castillo y Almerí "falto de agallas" al presidente del Congreso, Ántero Flores-Aráoz, por no presidir la Mesa Directiva en momentos tan delicados para el Parlamento y dejar la conducción del debate a la aprista Judith de la Mata, quien con mayor frecuencia cedió a sus compañeros el uso de la palabra durante el debate.Almerí fue refutado por Flores-Aráoz, quien golpeando con los puños la tapa de su escaño (en ese momento estaba sentado junto a los miembros de la bancada de Unidad Nacional) afirmó que tenía agallas para muchas cosas.Almerí acusó a Flores-Aráoz de haber violado el derecho de las minorías en la sesión plenaria del 18 de enero, cuando por primera vez el Congreso no admitió el debate de una moción con una mayoría simple de votos. Esa moción era para la creación de una comisión que investigase el supuesto complot contra el Gobierno.Flores-Aráoz respondió que solo se había limitado a cumplir el artículo 68 del Reglamento del Congreso, el cual establece que la admisión a debate de una moción para formar una comisión investigadora requiere de la mitad más uno de los congresistas hábiles.Sin embargo, reconoció que la cifra para la admisión de la moción es superior a la que se necesita para aprobarla, es decir apenas un tercio de los presentes (35% según el artículo 88 de dicho reglamento). Agregó que estaba de acuerdo con modificar la norma en el futuro, pero responsabilizó al oficialismo por no haber corregido el Reglamento del Congreso durante las presidencias de Carlos Ferrero y Henry Pease.Fue entonces cuando Pease, tras reconocer que el haber mantenido el artículo 68 fue un error del que recién se había percatado, de-senvainó su espada y lamentó que se hubiera vuelto a los tiempos de la dictadura en que las minorías no tenían la posibilidad de investigar.Flores-Aráoz acotó que el antecedente de la cuestionada votación no provenía de la época del fujimorato, sino desde los tiempos de la bicameralidad.