Con una terquedad tan sospechosa como digna de mejor causa, el Consejo Nacional de la Magistratura se salió con su gusto y ha nombrado a un nuevo jefe de la ONPE.Su falta de experiencia es tan flagrante que no podemos dejar de advertir, con preocupación, la grave tarea que se ha puesto sobre sus hombros: nada menos que el manejo del proceso electoral del 2006, aparte de más de media docena de otros comicios regionales, municipales, complementarios, etc. ¿Sabrá el CNM a qué incierta aventura estaba llevando a uno de los organismos clave de nuestra institucionalidad democrática?Luego de la defenestración de Fernando Tuesta -al que se le descalificó en un concurso tan injusto como escandaloso, a pesar de contar con un currículo y experiencia que de lejos superaban al resto de postulantes-, el CNM tiene ahora que asumir la responsabilidad de lo que pueda pasar a partir de ahora en el sistema electoral. Y esperamos que a la hora de la verdad sepa rendir cuentas de sus actos.La nueva jefa de la ONPE es la catedrática Magdalena Chu Villanueva, licenciada en Estadística y doctora en Ciencias y en Salud Pública, es decir un importante currículum, pero cuya experiencia en materia electoral se reduce a haber presidido el Comité Electoral de la Universidad Cayetano Heredia. ¿Necesitábamos llegar a esta situación?Le damos el beneficio de la duda y esperamos que salga airosa. Pero el reto que asume es muy grande. No solo mantener los niveles de eficiencia y confiabilidad logrados arduamente por Tuesta, sino demostrar que su formación servirá de algo, a través de una gestión independiente y de una autoridad que se respete y que legitime y trasunte confianza a la elección del nuevo presidente. Por lo demás, al igual que en los concursos anteriores, el CNM se ha limitado a dar resultados, sin explicar detalladamente los pormenores de la evaluación, lo que deja abiertas las puertas a la especulación. La transparencia sigue siendo, pues, ajena al quehacer de este organismo, lo que es más recusable cuando está de por medio el respeto a la voluntad popular y la alternancia democrática.