UNA VISITA POCO EDIFICANTE PARA LAS RELACIONES ENTRE EL PERÚ Y BOLIVIA
3 de agosto de 2007

Los vínculos que unen el Perú y Bolivia son antiguos y profundos, por lo que es lamentable que la corta visita a Lima del presidente de Bolivia, Evo Morales, haya servido poco para fortificarlos.De acuerdo con el protocolo, los representantes del Estado Peruano --el Congreso, el Poder Ejecutivo y la Municipalidad de Lima-- han condecorado a Morales, como jefe de Estado de un país hermano.Sin embargo, en la agenda de Morales ha primado el ánimo propagandista, dirigido principalmente a difundir ideologías totalmente reñidas con los intereses de la peruanidad, como la trasnochada visión estatista y los extravíos 'bolivarianistas'. Esto último es el disfraz bajo el que se esconde el plan expansionista e interventor de su aliado, el autócrata Hugo Chávez, que ya echa raíces en Bolivia y pretende hacer lo mismo en el sur de nuestro país.Luego, es lamentable que, olvidando las formas y cortesías propias de una visita de Estado, Morales se haya permitido criticar las políticas internas del país anfitrión. En lugar de criticar el modelo económico que la mayoría de peruanos hemos elegido, Morales debería explicar en su país los estragos que su política estatista sigue causándole a los bolivianos.La visita ha servido también para que Morales apuntale la aspiración para acabar con la mediterraneidad de Bolivia. El presidente García ha dicho genéricamente que simpatiza con las demandas internacionales bolivianas. Sin embargo, tenemos que recordar que el delicado problema mediterráneo debe ser abordado primero por Bolivia y por Chile de modo bilateral, y solo después de eso, y si es que la solución pasa por ceder territorios que fueron peruanos, sería necesaria la opinión del Perú.En síntesis, las relaciones con Bolivia deben tener prioridad, por lo que es positiva la declaración conjunta de lucha contra la pobreza, el terrorismo y el narcotráfico. Pero, cualquier pronunciamiento oficial nuestro sobre una eventual salida al mar boliviana debe obedecer a una política exterior integral y ser fruto de la evaluación, la doctrina y los avances y reveses de la historia peruano-boliviana.