Un inmueble de cinco pisos, situado en el jirón Chavín 303, en Santa Anita, se había convertido en la guarida perfecta de Wever Fernandino Nieto Castañeda, el prófugo dirigente de los comerciantes usurpadores del mercado de Santa Anita, quien se había convertido en las últimas semanas en uno de los hombres más buscados del país. Allí, en su interior, un equipo de agentes de Inteligencia de la Dirección Antidrogas lo capturó ayer a las 2:15 de la tarde. Estaba solo y no opuso resistencia.Dos horas más tarde, cuando fue presentado ante la prensa en la sede de la Dirandro, no se mostró asustado ni triste, sino sereno y hasta sarcástico y bromista. Incluso, pese a estar esposado, se atrevió a levantar los pulgares de sus manos, como queriendo mostrarse victorioso. Vestía una casaca azul y estaba sin bigotes como el día del desalojo, cuando huyó cobardemente. Declaró estar tranquilo y dijo que estaba detenido "por haber luchado por la libertad".