Porque ya no se trata de un proyecto, sino de una realidad, Camisea representa para el Perú la vía más corta y pronta para resolver muchos grandes problemas. Necesitamos crecer e invertir en educación, salud e infraestructura. Pero tal vez nada sea más urgente que empezar a atacar con fuerza la extrema pobreza, que asfixia a amplios sectores de la población. Esto viene a propósito de una noticia realmente buena, publicada en las páginas económicas de algunos diarios de Lima: hay decisión política del Gobierno de construir cuatro gasoductos hacia las regiones más pobres del país. Sin duda, como añaden los medios, para ninguna empresa privada resultará atractivo este proyecto; por tanto, debe hacerlo el Estado.Desde 2004, nuestro país está en la era del gas. Camisea tiene reservas probadas de 13 billones de pies cúbicos de gas y de 600 millones de barriles de combustible líquido. Esto nos coloca en una situación ventajosa en el mundo, pero, sobre todo, nos pone a prueba ante problemas seculares como la pobreza. De ahí que sea destacable la decisión gubernamental de construir varios gasoductos hacia las regiones Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Junín e Ica. La obra demandará una gran inversión se calcula entre 50 millones y 100 millones de dólares, pero es de indiscutible necesidad porque ese combustible permitirá desarrollar en estas regiones unidades industriales y artesanales, comercio, construcción, y se abrirán las posibilidades para expandir programas de educación, salud y bienestar social.Como es lógico, las autoridades deberán hacer un gran esfuerzo para contribuir con esta obra de ingeniería, que por lo demás será titánica, puesto que la geografía peruana en dichas regiones es bastante accidentada. El transporte del gas se hará a través de 800 kilómetros de gasoductos. "La construcción de los ductos no es rentable para ninguna empresa privada por el bajo potencial de clientes y el alto costo por las difíciles geografías de esas zonas. Lo factible es el subsidio directo del Gobierno Central y de los gobiernos regionales", reconoció el viceministro de Energía, Juan Cayo.Las regiones que contarán con terminales de los ductos mencionados presentan, a excepción de Cusco e Ica, incipiente industria, pero ella tampoco ha podido desarrollarse por la falta de energía, que ahora la tendrán de Camisea. Estas regiones contarán, por fin, con la posibilidad de ampliar sus proyectos de exportación, sobre todo de productos con valor agregado, tanto en el caso de artesanías como en productos industriales, además de mejorar sus otras actividades económicas: agricultura, minería, ganadería y turismo.