La pelota está en la cancha de los gobiernos regionales, que ahora no tienen más pretextos para la inacción: el Gobierno Central ha anunciado que este año se espera gastar 9 mil millones de soles en inversión pública gracias a los cambios en el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP); y esta entidad ha anunciado la aprobación de 6.703 proyectos, listos para ser ejecutados.¿Qué resta ahora? Pues cambiar radicalmente los viejos paradigmas que han condenado a la pobreza a los peruanos, sobre todo a los del interior, y que las autoridades regionales tomen al toro por las astas. Para ello deben promover y asumir una nueva cultura de eficiencia y responsabilidad que erradique el facilista recurso de pedir todo y echarle a la culpa de todo al Gobierno Central. Asimismo, es evidente que, a diferencia del pasado, ahora existen recursos, principalmente del canon, que tienen que ser bien utilizados para llevar desarrollo a todo el país, independientemente de si fueron lanzados por gestiones regionales pasadas.No hay lugar para lavarse las manos ni para las mezquindades. Tal es el sentido de las modificaciones al SNIP, cuya creación se remonta a viejos tiempos, cuando los recursos eran sumamente escasos y había que poner uno y mil controles para aprobar partidas y ejecutarlas. Ahora, según la propuesta del Ejecutivo, para los proyectos por debajo de S/.300.000 solo se llenará una pequeña ficha; de S/.300.000 hasta S/.6 millones se exigirá un perfil del proyecto; de S/.6 millones a S/.10 millones se requerirá estudio de prefactibilidad; y solo por encima de S/.10 millones se demandará un estudio de factibilidad. Hay que actuar ya. Como puede verse, estos cambios reducen significativamente los mecanismos centralizados de control, lo cual permite ampliar el margen de maniobra de los gobiernos regionales para convocar licitaciones y ejecutar obras, sobre todo de saneamiento, electrificación rural, puentes y carreteras.La responsabilidad es ineludible, pues se trata de pedidos clamorosos de ciudadanos que justificadamente exigen ser incluidos en la agenda nacional y cuya postergación es aprovechada a veces por algunos manipuladores políticos radicales.