Revelador e interesante es el 'boom' de la construcción que vive Lima. Sin embargo, ello debe ir de la mano con las municipalidades distritales, que tienen que tomar previsiones para que las llamadas viviendas multifamiliares no desborden las tuberías de agua, los servicios eléctricos ni los estacionamientos, cada vez más insuficientes.La situación es delicada. Allí donde antes había una vivienda para una familia de cinco personas, hoy se levanta un edificio de cinco a 18 pisos, donde vivirán entre 50 y 180 personas que demandarán suficientes servicios básicos en número y en calidad.Ante eso, es oportuno que el Ejecutivo haya presentado un proyecto de ley para regular las habilitaciones urbanas y edificaciones, combatir la informalidad y simplificar trámites. A su turno, el Congreso y el sector Vivienda deben garantizar que estas viviendas ofrezcan los servicios necesarios. Y las municipalidades tienen que supervisar para impedir estafas de ciertos contratistas. Todo ello con eficacia y agilidad para no frenar el ímpetu inmobiliario ni arrebatar a los compradores el placer de vivir en casa propia.