El comienzo de la huelga general indefinida convocada por el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep) obligó a los directores de los colegios estatales de Lima a llegar más temprano de lo habitual a sus centros de labores. Su cometido: asegurarse de que las puertas de los planteles permanecieran abiertas para recibir al alumnado y a los maestros que no acataran la medida de fuerza.Una de las personas que madrugó fue Angélica Díaz Torres, directora del colegio Pedro Labarthe (La Victoria). Sin embargo, su esfuerzo no evitó que antes de las 7 a.m. un grupo de docentes limara los candados de las puertas del pabellón de primaria para sacar una pizarra, escribir en ella "huelga nacional indefinida" y colocarla en la puerta de ingreso al local.Eso no fue todo. Según algunos escolares, un piquete de docentes impidió el ingreso de alumnos y sus padres, mientras que otros, desde el interior, instaban a los escolares a irse a sus casas.