En una ciudad tan insegura como Lima, el auxilio de los bomberos, del serenazgo y de la policía resulta indispensable, sobre todo si ese apoyo se otorga de manera oportuna. Pero, en contraparte, los ciudadanos también deberíamos aprender a vincularnos más con la prevención, que empieza con tener a mano los teléfonos de emergencia.La importancia de ser más cuidadosos frente al riesgo lo puso en evidencia la carta de una lectora que esta semana refirió cómo la acción oportuna del serenazgo de San Isidro y de la policía salvaron la vida de un familiar que había quedado encerrado en su casa en estado casi agónico. La misiva también reveló que los bomberos no actuaron oportunamente, lo cual los debería llevar a revisar las razones de esa omisión inexplicable. Estamos avisados. En tanto, tratemos de anticiparnos lo más que podamos a las emergencias cotidianas que, grandes o pequeñas, nos pueden costar la vida, sobre todo en un país como el nuestro donde la mayoría carece de seguros y los servicios públicos hospitalarios son deficientes.