En 1997 los calabozos del hacinado penal Miguel Castro Castro albergaban a más de 800 reclusos que integraban las filas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y de Sendero Luminoso (SL). Diez años después, la estadística llama poderosamente la atención, pues la suma de todos los internos por terrorismo que ahora se encuentran en los 32 penales del país y la Base Naval del Callao --según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE)-- llega a 720 reos, cifra que no logra superar la que antaño tenía el centro de reclusión de máxima seguridad de Lima.El número se reduciría aun más en los próximos años, ya que los sentenciados por terrorismo de los últimos cuatro años --los cuales estaban detenidos desde fines de los ochenta o noventa-- vienen cumpliendo las condenas emitidas por los tribunales antiterroristas (fuero común) que los sentenciaron a penas menores, luego de que, en el 2003, se anularan los fallos dictados por el fuero castrense durante el régimen fujimorista, revelaron fuentes judiciales.En 1997, cuando casi todos los altos mandos del MRTA y de SL ya se encontraban tras las rejas, había 2.575 reos en prisión. Tres años después, mientras ocurría la caída del fujimorismo, el número de internos por este delito cayó hasta 1.720. En el 2003, un año clave para los casos de subversión, ya que se anularon los fallos de los tribunales militares, solo se contabilizaron 1.180 reclusos. La sorpresa llegaría el 2006, cuando la cifra de inculpados por terrorismo descendió hasta llegar a 901.