Hace más de un año, El Comercio denunció gráficamente la impunidad con que actuaban contrabandistas en la frontera con Ecuador, específicamente en Aguas Verdes, Tumbes. Entonces, la policía se apuró en realizar operaciones de control carretero y dispuso la creación de una unidad para la lucha contra el contrabando.Transcurridos doce meses, dicha unidad no solo fue desactivada, sino que todo ha vuelto a ser como antes. La prepotencia y la libertad con que actúan los contrabandistas no han sido melladas en lo más mínimo.El Comercio hizo un recorrido por diversas zonas de Tumbes y comprobó que decenas de personas venden combustible ecuatoriano en varios puntos de la ciudad ante la inoperancia de las autoridades.En calles y carreteras, botellas de plástico llenas de combustible son exhibidas sin desparpajo. El mismo vendedor es quien se encarga de verter gasolina en el tanque de los vehículos, con la ayuda de una suerte de sonda y un embudo. Se sabe que en los 30 kilómetros que separan la ciudad de Tumbes y la frontera de Aguas Verdes funcionan 22 puestos informales de venta de combustible.(Edición domingo).