Era previsible. El ex presidente Alberto Fujimori pretendería aprovecharse nuevamente de su doble nacionalidad para eludir a la justicia peruana. Ya lo hizo una vez, a fines del año 2000, cuando se apoyó en su nacionalidad japonesa para refugiarse en ese país y renunciar por fax a la Presidencia de la República. Ahora, otra oportunidad similar se le presenta pero, esta vez, a través de su amigo y protector japonés, el diputado Shizuka Kamei. Este no tuvo mejor idea que invitarlo a postular al Congreso de su país por el Partido Popular, una facción disidente del Partido Liberal Democrático, que encabeza el ex primer ministro Junichiro Koizumi.