Al disponer que el Agrobanco entregue créditos de manera directa, los congresistas obviaron el pésimo precedente del primer Banco Agrario. Un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE) revela que esta institución, durante la primera gestión del presidente Alan García, otorgó más de US$2,500 millones en préstamos agrarios subsidiados, sin que esta política se reflejara en un crecimiento substancial del sector. Incluso, se explica en el estudio, el Banco Agrario no favoreció realmente a los pequeños agricultores, pues entre 1985 y 1990, más del 75% del crédito otorgado para la preparación de tierras estuvo concentrado sólo en los cultivos de algodón, papa y arroz, los cuales, aun contando con apoyo, registraron importantes caídas en sus indicadores de producción, superficie cosechada y rendimiento.