La menor producción agrícola observada en el primer trimestre de este año habría ocasionado que en el área rural el déficit calórico (definido como hambre por el INEI y principal variable para determinar si una persona es pobre) aumentara en seis puntos porcentuales respecto de la medición del último trimestre de la gestión de Alejandro Toledo (mayo, junio y julio 2006). A esa conclusión llegó Farid Matuk, ex jefe del INEI, tras analizar los resultados de la reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) correspondiente al primer trimestre del 2007. Si se toma en cuenta --explica-- el resultado obtenido entre enero y marzo de este año, el déficit calórico llegó al 44%, mientras que en el trimestre mayo-julio 2006 se ubicó en 38,2%. Lo curioso de todo esto --añade Matuk-- es que al realizar un ejercicio similar para el mismo período del año anterior (cuyas condiciones climáticas y económicas fueron muy similares), el déficit calórico aumentó en solo 1,4%. De allí que él considere que si bien en la zona rural era previsible un déficit calórico en esta temporada (aunque menor al finalmente registrado), se debieron haber tomado medidas para asegurar mayores dotaciones de alimentos.