"¡Mal hecho! ¡Mal hecho! ¡Mal hecho!", tronó el presidente Alan García ayer por la mañana en otra pública reprimenda a las cabezas de las dos eternas 'alas' del aprismo: Mercedes Cabanillas y Jorge del Castillo, quienes en los últimos cinco días protagonizaron un dime que te diré a través de los medios de prensa por la discutida elección parlamentaria de los magistrados del Tribunal Constitucional (TC). "Aconsejo siempre a los compañeros y compañeras que no se dirijan consejos por periódicos", continuó García, esta vez como presidente del Apra, quien adrede trajo a colación el refrán "Los trapos sucios se lavan en casa", más por esta incidencia política que por la entrega de 700 kilos de ropa del Despacho Presidencial a los damnificados por el friaje del sur peruano. No los mencionó con nombre propio, pero el presidente recomendó a Cabanillas y Del Castillo que no cruzaran "adjetivos públicos, pues para eso tienen la Casa del Pueblo".