El escándalo en el que se metió el Congreso con la elección del abogado Javier Ríos Castillo como miembro titular del Tribunal Constitucional, del que ahora casi todos los 'padres de la patria' tratan de sacudirse, sacó otra vez a flote las pugnas por el poder que se dan dentro del Apra.La primera señal la dio el premier Jorge del Castillo. "Lo más piadoso sería una renuncia o la eventual nulidad del proceso. Si el Congreso no toma una medida inmediata sobre este caso, estamos ante un escándalo", le dijo a Rosa María Palacios en Prensa Libre.Casi de inmediato llamó Mercedes Cabanillas para preguntarle qué se iba a hacer con los dos militares en actividad que estuvieron con Ríos Castillo y con Agustín Mantilla y para encararle: "No se trata aquí de ver cómo me gano alguito. Se trata de asumir responsabilidades". Del Castillo ha preferido guardar silencio, pero quienes lo conocen indican que la procesión va por dentro, y a paso ligero.