La decisión del Gobierno Central de transferir a los gobiernos regionales y municipales 4.254 millones de soles por canon minero, traslada a dichas autoridades la enorme responsabilidad ser protagonistas del desarrollo de sus jurisdicciones. No hay pretextos para la inacción: Se trata de la cantidad más alta por concepto de canon, pero en total se transferirá un total de 16 mil millones de soles para inversiones en el interior.El reto ahora es generar los proyectos necesarios, en cantidad y calidad, para que los recursos del canon se concreten en obras que beneficien a las mayorías. El caso de Áncash es realmente patético y revelador de lo que no debe hacerse: recibe cerca de 1.400 millones de soles pero ha hecho muy poco.Efectivamente, el mayor escollo para el desarrollo del interior ha sido la incapacidad de muchos gobiernos para generar proyectos técnicos y de factibilidad. No se puede, pues, pretextar la existencia de candados centralistas del SNIP, cuando estos son cada vez menos rígidos. Tampoco se justifican los paros y bloqueos violentistas para pedir más recursos al Gobierno Central, cuando la enfermedad se llama simplemente incompetencia. ¿Qué hacer ahora? Los gobiernos regionales deben pensar en que una opción práctica e inmediata es la de tercerizar la elaboración de los proyectos, para lo cual deben convocar a concursos transparentes. Luego, si bien la prioridad deben ser las obras de infraestructura vial y de servicios básicos, parte de los excedentes del canon podrían canalizarse a financiar programas sociales, de educación y salud, lo cual está vinculado al nuevo y más activo papel de los gobiernos en estas áreas. Asimismo, para ser imaginativos, el Gobierno debe evaluar el marco legal para dar incentivos tributarios que premien la excelencia en la presentación de proyectos.En suma, los ciudadanos de las jurisdicciones con canon no deberían tener problemas para desarrollarse y tienen que exigir eficiencia, celeridad y transparencia a sus autoridades. El problema, empero, persiste para aquellas regiones que no tienen canon, las que, dentro del proyecto descentralizador, deben merecer la atención y solidaridad de las otras para permitir un desarrollo equitativo y sostenido para todos los peruanos, que termine con la infamante exclusión.