Más de diez meses han pasado desde que el presidente Alan García inició su gestión, asegurando, en múltiples discursos, que su prioridad serían los menos favorecidos, pero poco o casi nada ha cambiado para tres millones 506 mil peruanos que viven en situación de pobreza y extrema pobreza. Según advierte una detallada investigación de la Universidad del Pacífico, dicho sector poblacional está desatendido y en él se encuentran un millón 550 mil niños que no ven que el Estado respete plenamente sus derechos a la educación, a la salud y a la alimentación. El estudio plantea que esto sucede porque el Gobierno es ineficaz para mejorar el bienestar de los pobres debido al insuficiente desarrollo de capacidades técnicas y gerenciales, a la escasa orientación hacia el cumplimiento de metas y a la inercia del gasto corriente. A raíz de estas deficiencias, prioriza recursos en las zonas con menores carencias, en desmedro de los más necesitados.