La idea fue lanzada casi por sorpresa por el presidente del Partido Socialista (PS) de Chile, Camilo Escalona, tan solo una semana después del criticado viaje de los dirigentes de esta agrupación a Argentina para mediar en la crisis energética entre ambos países.Y aunque ese gesto no cayó demasiado bien en la Cancillería del país del sur, que lo consideró una intromisión en sus funciones, Escalona volvió a repetir la jugada, y esgrimiendo los buenos vínculos del PS con el Apra y con el presidente Alan García se ofreció al gobierno de Michelle Bachelet para interceder por el mejoramiento de las relaciones con nuestro país, supuestamente afectadas por el malestar que generaría en Chile la insistencia del gobierno en resolver los límites marítimos.En Perú la idea -aún no oficializada, pues en las últimas semanas no ha habido ningún tipo de contacto entre el PS y el Apra- fue aceptada con agrado por miembros del partido de gobierno, como una acción complementaria al trabajo desarrollado por Torre Tagle, que es -recalcaron- la vía natural para tratar los temas bilaterales.