La historia de este proyecto bien pudo haber comenzado el 29 de mayo de 2003. Ese día, la bala de un soldado del Ejército causó la muerte de Eddy Quilca cuando este, junto con cientos de estudiantes de la Universidad del Altiplano, protestaba contra el estado de emergencia declarado en Puno. El episodio terminó con 45 militares procesados, el presidente Toledo pidiendo perdón a los puneños y unas Fuerzas Armadas preocupadas porque su tarea de restablecer el orden interno podía terminar con brigadas enteras tras las rejas.Cuatro años después, esta inquietud ha terminado por dar forma a un texto que establece reglas claras para que los militares comprendan qué pueden hacer y qué no cuando el Gobierno les encarga el control del orden interno. Aunque nació por iniciativa de los propios institutos armados, la iniciativa en los últimos ocho meses recibió los aportes de un grupo de especialistas del Ministerio de Defensa.