Los golpes de pecho parecen estar ausentes en el imaginario del jefe de Estado, Alan García. Al cumplir 58 años de vida, el presidente demostró que su juego político es no dejar ningún flanco libre a las críticas. Por ello no sorprendió que ayer intentara aclarar que en ningún momento hizo un mea culpa cuando, en la víspera, observó la falta de velocidad de su gobierno y el largo trabajo que aún queda para cumplir sus promesas de campaña."El término mea culpa es periodístico y llamativo, pero no tiene nada que ver con lo que he dicho. He hecho solo un reclamo de mayor velocidad (en el trabajo)", anotó.García indicó que en los primeros meses de su gobierno se han realizado diversas obras, recordando, por ejemplo, el programa Agua para Todos, la construcción de las carreteras interoceánica del norte y del sur, así como la puesta en marcha de los programas de alfabetización y la pronta construcción de 22 hospitales con Essalud. "Pero todo eso a mí no me contenta. Creo que podría hacerse más rápido y mucho más. A eso no le diría mea culpa sino reclamo de trabajo, no de ocho, sino de 16 horas o tal vez de 24 horas al día", añadió.