EXCESIVA CARGA TRIBUTARIA
12 de enero de 2005

El problema de los ganaderos, y los enormes dolores de cabeza que está causando su huelga en el país, es una prueba más de que hemos perdido la brújula en la reforma tributaria.Lo que necesitamos es terminar con las distorsiones y dar un cambio de timón de largo plazo que, entre otros aspectos, nos lleve a definir los mecanismos que aseguren que todos ingresen a la formalidad. De lo contrario, sin reglas claras, estamos fomentando la evasión y la elusión.Nada justifica que el Estado otorgue exoneraciones en función de quién grita más, es decir, que premie la capacidad de presión de algunos grupos. Esto causa que la tributación dependa cada vez más de los mismos contribuyentes. El aumento en la recaudación en el 2004 se debió principalmente a la creación o aumento de impuestos, pero no a una ampliación significativa de la base tributaria.Incluso quienes pagan impuestos no solo deben afrontar tasas mayores, sino que deben asumir el costo de ser recaudadores por la Sunat. Así, este año, a través de la retención anticipada del IGV, el sistema de detracciones, el de percepciones y la administración del ITF, la Sunat recibirá de terceros el 14% del total de lo recaudado por tributos internos. Esto solo agrega complejidad al sistema e incentiva aun más la informalidad.Solo una reforma de largo aliento permitiría atacar la evasión, estableciendo que todos paguen impuestos y que anualmente el Estado decida a qué productos, sectores o regiones apoyará de manera directa y transparente. La figura de los reintegros o subsidios directos es preferible a las exoneraciones.