La suerte estaba echada desde el viernes pasado para el ex vocal supremo Eduardo Palacios Villar. Ese día --según se supo en el Poder Judicial-- el destituido magistrado se acogió a la figura jurídica de conclusión o sentencia anticipada; es decir, reconoció su responsabilidad penal en parte de los cargos en que, por delito de tráfico de influencias en agravio del Estado, había incurrido. Ayer la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, instancia judicial que paradójicamente integró Palacios antes de cometer los actos de corrupción mencionados, se reunió a las 2 p.m. para sentenciar al ex vocal, quien se mostraba cabizbajo y lucía resignado a su suerte. Detrás de Palacios, algunos de sus familiares y amigos escuchaban impacientes la lectura de sentencia en la que se expusieron los argumentos del tribunal para dictar la condena. Veintitrés minutos después de leer diversos considerandos y razones, Eduardo Palacios Villar era condenado a cinco años de prisión efectiva y al pago de una reparación civil de S/.5.000 en favor del Estado.