Si la renuncia de Javier Réategui fue una sorpresa, también lo fue escuchar al presidente Alejandro Toledo referirse al tema de la asonada en Andahuaylas. "Después de la guerra, todos son generales", comentó el mandatario, quien -no obstante- guardó silencio sobre la dimisión de su ministro.En cambio, el jefe del Estado aprovechó para felicitar a la Policía Nacional del Perú, al Ejército y a la población de Andahuaylas por la labor cumplida durante la crisis que se vivió en esa ciudad andina los primeros días del año.Pero eso no fue todo, porque también afirmó que aun en países como Estados Unidos hay problemas con la información de inteligencia y recordó los atentados del 11 de setiembre del 2001 en Nueva York y Washington.Toledo aprovechó para hablar la reunión que en horas de la tarde protagonizó con las autoridades regionales y locales de Apurímac y Andahuaylas, ante quienes hizo un recuento de las obras ejecutadas por su administración en esos departamentos.Citó como las más importantes la carretera Abancay-Sahuancas y la remodelación del aeropuerto de Huancabamba con una inversión de un millón 300 mil soles.