El presidente regional de Áncash, César Álvarez, protagoniza un nuevo alboroto: por suprema irresponsabilidad o sospechosa impericia, dispuso el cambio de 140 millones de dólares a soles en un banco privado, en lugar de hacerlo ante el BCR, lo que por diferencia de tasa, implicó que la región dejara de percibir cerca de un millón de soles.Es momento de que este dirigente comprenda que la gestión pública no es sinónimo de arrebatos y violentos paros, sino de un uso inteligente y honesto de los recursos públicos disponibles, que por cierto abundan en su región, pero no pueden ser invertidos adecuadamente.Lo más palpable de esta bonanza es que, además de los 140 millones de dólares provenientes de la minera Antamina, la región ha contado en estos cuatro primeros meses con 244 millones de soles para inversión, pero su incapacidad en el gasto hizo que apenas ejecutara el 11%. ¿Y así se queja y amenaza con más paros y huelgas? Otra consecuencia de su acción es que remeció el tipo de cambio. Nuestro mercado mueve por día un promedio de 80 millones de dólares y una sobresaturación fuerza la disminución del valor del dólar, lo cual perjudica al rubro exportador y genera una cadena negativa para la economía.Es urgente que la contraloría investigue este caso. Y en el futuro, que los gobiernos regionales, más allá de la retórica contra el centralismo, asuman con responsabilidad el manejo de los recursos públicos que ahora tocan a sus puertas.