Desde el punto de vista político, es positivo que el presidente del Consejo de Ministros entable diálogo, pero esto no puede hacerse bajo la amenaza del chantaje ni de bloqueos.En cuanto a temas puntuales, el Gobierno se ha comprometido a comprar mil toneladas de arroz piurano y a buscar mercados para la exportación, lo cual es una salida forzada que no tiene asidero en el largo plazo. Y es que desde hace muchos años quienes cultivan arroz en el norte no toman en cuenta condiciones de rentabilidad, exigen agua gratis --lo que es totalmente contraproducente tratándose de un recurso escaso en esa zona--, y solo apuestan a presionar al Estado para obtener precios de refugio y futuras condonaciones de créditos. En suma, solo quieren seguir medrando del Estado como sanguijuelas que succionan el dinero de todos los peruanos.Hoy, cuando los peruanos estamos comprendiendo cada vez más los mecanismos competitivos y de mercado, retornar a esas prácticas estatistas y paternalistas sería un riesgoso retroceso.Si de buscar salidas extraordinarias se trata, lo más sensato sería establecer un subsidio temporal pero dirigido a financiar el cambio de cultivos; es decir para que los agricultores abandonen el cultivo facilista del arroz y se embarquen responsablemente a buscar, con la ayuda del ministerio, otras alternativas de producción más rentables y comerciales, asumiendo el riesgo inherente, como lo hacen otros sectores de la economía. (Edición sábado).