Se apaga uno, se enciende otro. Así se configura el panorama de protestas sociales al interior del país que están forzando al premier Jorge del Castillo a llevar al extremo su capacidad negociadora y su bien conocida voluntad de bombero del gobierno aprista.Mientras que ayer Del Castillo logró que los campesinos de Piura levanten su huelga indefinida, en Iquitos se destapó un conflicto que paralizó casi toda la región bloqueando el aeropuerto y las principales avenidas, comercios y colegios. En Huánuco, a su vez, la dirigencia cocalera encabezada por Eduardo Ticerán desestimó la convocatoria del premier para reunirse el lunes en la capital con el objetivo de discutir la problemática cocalera.