MINERÍA: UNAS SON DE CAL Y OTRAS DE ARENA
2 de mayo de 2007

Los excelentes resultados de la última concesión minera contrastan con el ánimo desestabilizador de ciertos dirigentes sindicales que, a pesar de la actitud dialogante y conciliadora del Gobierno, insisten en marchas y paros violentistas. Efectivamente, es una gran noticia para el Perú que la empresa inglesa Anglo American haya casi decuplicado el precio base de Pro Inversión para explotar el yacimiento cuprífero de Michiquillay (Cajamarca) y se haya comprometido a invertir 700 millones de dólares adicionales en exploración y construcción de la mina. Es más, parte del dinero se destinará a obras en las localidades aledañas, lo que es una muestra adelantada de responsabilidad social.Esta operación evidencia el alto grado de confianza que aún genera nuestro país en los inversionistas nacionales y extranjeros, lo que debe ser mantenido e incentivado. Para ello es crucial promover la estabilidad política, social y laboral, lo que es responsabilidad primaria del Gobierno y del Congreso, pero también de las empresas y las cúpulas sindicales.En tal sentido, si por una parte hay que hacer un llamado a las empresas mineras a cumplir escrupulosamente los estándares laborales, ambientales y de calidad, del otro lado debemos invocar a los líderes sindicales a no exagerar sus pretensiones ni insistir en mantener gollerías. Amén de que los trabajadores mineros son, como grupo y en promedio, el sector mejor pagado del país.En cuanto a la autoridad del sector, la ministra de Trabajo, Susana Pinilla, está demostrando un interés particular en mejorar las condiciones laborales y revisar el desempeño de los 'services', lo que debe merecer el apoyo del Gobierno y de los sectores involucrados.Lo sensato, en este caso, es propiciar el debate de las iniciativas de cambio, tal como se desprende del diálogo sindical-gubernamental reanudado anoche, que en verdad sería auspicioso si no fuera porque la Federación de Trabajadores Mineros mantiene aún su actitud de fuerza.Solo el levantamiento de esta actitud haría más creíble y confiable la voz de los dirigentes mineros en la mesa de concertación del Ministerio de Trabajo.