La decisión del Congreso de aprobar la delegación de facultades al Ejecutivo, por un plazo de 60 días, -trámite que se formalizará hoy en la sesión plenaria matinal- dejó la sensación de un empate técnico entre ambos poderes del Estado. Por un lado, el Ejecutivo obtenía las facultades solicitadas; por el otro, el Parlamento imponía su postura contraria a otorgarle una suerte de cheque en blanco al Gobierno Central.Lo cierto, sin embargo, es que, en el marco de su cerrada defensa del fuero, el Congreso habría logrado imponerse al Ejecutivo. Es que, si bien dará luz verde a la delegación de facultades, esta concesión irá acompañada de la creación de una comisión mixta que es la que finalmente -según palabras de la propia titular del Parlamento, Mercedes Cabanillas- "elaborará" las propuestas "de manera articulada".