Desde hace cerca de cuatro años dos buses que transportan alumnos de la Universidad Agraria La Molina (UNALM) funcionan con un combustible poco convencional: biocombustible elaborado en base a aceite de freír usado, procedente del comedor universitario.Llegar a este punto ha sido resultado de investigaciones iniciadas hace diez años por esa casa de estudios (siguiendo el ejemplo de Brasil) y que -de replicarse- podría convertirse en una alternativa más "limpia" al consumo del diésel convencional.El decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola y jefe del Laboratorio de Energías Renovable de la UNALM, José Calle Maraví, explicó que el interés primigenio fue la búsqueda de opciones que ayuden a no contaminar el ambiente. A esto se suma la inminente escasez de hidrocarburos en el mundo.