ANCASH: ¿DÓNDE ESTÁ EL PILOTO?
16 de abril de 2007

La protesta del presidente regional de Ancash por mayores recursos para su región, que terminó con dos muertos, debería ser tomada en serio por el país. Durante dos días, las carreteras de una de las regiones con mayores ingresos en el Perú estuvieron tomadas a instancias de la autoridad de la región, violando el libre tránsito, creando caos y destruyendo la propiedad privada. Hoy, cuatro días después, casi nadie habla de ello. Esto que señalo es un ejemplo de uno de los problemas más graves que tiene nuestro país: la falta de Estado, o la falta de gobierno, que en este caso significan lo mismo. ¿Qué puede entender el poblador de Ancash de estos hechos? Imagino que pensará que el presidente regional dice la verdad al señalar la escasez de recursos y de alguna manera avalará las acciones de fuerza tomadas para conseguir mayores ingresos, que lógicamente deberán luego volverse proyectos para beneficio de la región. No está en los peruanos la noción tan simple como que el presidente regional no puede incitar a hechos como los de Ancash, porque son hechos delictivos y que si lo hace hay una consecuencia, que es que la Fiscalía lo denuncie y el presidente regional termine preso. El presidente regional no puede incitar al desorden, la toma de carreteras, y debe pagar por la muerte de las dos personas si los jueces así lo mandan. Pero no, en nuestro país estos actos son moneda común. Ante una ausencia cada vez mayor de la noción de Estado, los gobiernos regionales no se consideran parte de nada y actúan como entes opuestos al resto, con agendas propias que en muchos casos contienen reivindicaciones que pueden ser inconvenientes para el resto de los peruanos. La regionalización ha creado gobiernos intermedios que no se sienten parte del Estado. Si no logramos que los líderes regionales entiendan que son parte de un mismo cuerpo, nos enfrentaremos cada vez más con gente como Alvarez sin que pase nada. Si hemos desarrollado leyes que permitan la convivencia entre peruanos, tenemos que ser capaces de aplicarlas. A eso deben abocarse las autoridades. La separación de poderes apunta justamente a eso. A que los fiscales y jueces puedan actuar protegiendo lo poco de Estado que tenemos. No debemos permitir que casos como el de Ancash se repitan. El Perú es unitario y los gobiernos regionales tienen que entender que son parte de un todo. Sentirnos peruanos, con un objetivo común, es quizá uno de los temas más importantes que debería trabajar este gobierno, señala Cecilia Blume.