La revuelta protagonizada por Antauro Humala en Andahuaylas (Apurímac) estuvo dirigida a evitar la prevista inversión para la exploración y posterior explotación del yacimiento minero Las Bambas. Así lo denunció el presidente del Congreso, Ántero Flores-Aráoz, quien, en ese sentido, precisó que los alzados en armas buscaron en realidad hacerle un grave daño a los más necesitados, toda vez que, dijo, sin inversión no hay posibilidad de crear puestos de trabajo y sin trabajo, añadió, no hay bienestar para nadie.Manifestó que el gobierno y la clase política en general deben concluir en la necesidad de sintonizar más con los anhelos populares y crear las condiciones para la llegada de inversiones.A su turno, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), José Miguel Morales, aseveró que la crisis que atraviesa nuestro país tiene que ver con la falta de firmeza para imponer el principio de autoridad."Lo de Humala no es otra cosa que una pequeña piedra, pues a lo largo y ancho del país la gente hace lo que quiere, sin respetar a las autoridades que representan al Estado", expresó.Morales advirtió que algunas autoridades también son parte del problema. Tal es el caso, recordó, del presidente de la región Lima, Miguel Ángel Mufarech, quien luego de haber firmado el acuerdo para permitir la construcción de la planta de licuefacción del gas de Camisea, que se convirtió en ley, ahora lo desconoce. Añadió que esto mantiene muy preocupados a los empresarios, pues se trata de una gran inversión.