Estamos en un momento decisivo y el Gobierno Peruano tiene que redoblar esfuerzos, al más alto nivel, para conseguir la ratificación del tratado de libre comercio con Estados Unidos, en lo que hay que remontar más de un escollo.En el Congreso de EE.UU. se desarrollan intensas negociaciones entre la nueva mayoría demócrata y la administración republicana respecto del futuro de los tratados de libre comercio, entre ellos el firmado pero aún no ratificado con nuestro país. Ante todo, debemos resaltar como positivo tanto el interés del gobierno del presidente George Bush, que ha demandado a los parlamentarios no dilatar más estos procesos, cuanto la voluntad de los líderes demócratas por encontrar una fórmula que permita un apoyo bipartidario a estos tratados. Ello está vinculado a condicionamientos nuevos pero que aluden a políticas de la agenda nacional y cuya implementación está en proceso: hacer más estricto el cumplimiento de las leyes laborales según estándares internacionales, reforzar el combate a la tala ilegal de madera, asegurar acceso a medicamentos genéricos por parte de la población de menores recursos, etc. ¿Quién podría estar en desacuerdo? Es solo cuestión de tiempo y de canalizar prontamente la voluntad política para concretar dichas mejoras.Sin embargo, el punto en discordia, que pone en riesgo el bienestar económico que obtendríamos con un libre y permanente ingreso a un mercado 180 veces más grande que el nuestro, poco tiene que ver con nosotros. La suscripción o no por parte de Estados Unidos de los convenios de la OIT es un tema interno y no debería ser la excusa para no ratificar el TLC. Es en este punto que preocupa la aparente pasividad del actual gobierno, a diferencia del evidente esfuerzo desplegado por el anterior.Ante tal escenario, creemos que gestiones al más alto nivel, directamente con los líderes demócratas en el Capitolio, especialmente los congresistas Rangel y Levin --este último con 43 años de legislador e involucrado en el tema laboral-- serían fundamentales para lograr su apoyo. Lo preocupante es que un tratado que debió ser ratificado el tercer trimestre del año pasado aún no tiene fecha para ser debatido. Más aún, si se deja pasar la presente legislatura, en el segundo semestre se ingresa al período de primarias presidenciales en EE.UU. y será mucho más difícil lograr consenso, con lo que se corre el riesgo de tener que esperar varios años más. Por todo ello, con ánimo realista y sin ser alarmistas debemos exigir del Gobierno Peruano que deje de lado cualquier temor o duda y realice con urgencia todas las gestiones y esfuerzos necesarios para asegurar la ratificación del TLC. El anuncio del presidente García de viajar en abril a Washington para dialogar con los demócratas debe marcar la pauta por seguir para todos los ministros y funcionarios. Claro que no hay que descuidar tratados con China y la Unión Europea, pero el TLC con Estados Unidos ya está en camino y es poco lo que falta para garantizar, en el corto plazo, un mercado seguro para nuestras exportaciones y la creación de mayor empleo.