Once horas duró la reunión de los dirigentes cocaleros para coordinar una estrategia conjunta que llevarán en la negociación con el gobierno sobre las medidas para controlar la producción de hoja de coca. Cerca de las ocho de la noche, los cocaleros salieron de la oficina que la municipalidad ayacuchana de Sivia tiene en Lima, encabezados por Elsa Malpartida y Nelson Palomino, quienes no quisieron dar declaraciones. Sin embargo, trascendió que el principal punto fue resolver las diferencias entre ellos, que empezó con la carta que Palomino, en su calidad de secretario general de la Confederación de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras (CONPACCP), envió al Congreso para desautorizar a las congresistas Elsa Malpartida y Nancy Obregón como representantes de los cocaleros. Desde entonces, comenzó una serie de agravios y advertencias entre las congresistas y el dirigente cocalero, que acabó en una hasta ahora insalvable división. La reunión fue tensa y hubo cuestionamientos en ambos lados. Pero al final lograron ponerse de acuerdo y aprobar 5 puntos para la agenda cocalera. En primer lugar, mantener un esquema conjunto de lucha para exigir el cumplimiento del acta de Tocache, que entre otras cosas logró la suspensión temporal de la erradicación de la hoja de coca.