EL ESTADO ABANDONA EL CAMPO Y A LOS COMITÉS DE AUTODEFENSA
18 de marzo de 2007

La violencia terrorista dejó el rostro más cruel de una guerra fanática y represiva: el olvido. El Estado es hoy en los centros poblados más alejados --como los de Ayacucho-- apenas un gesto reeleccionista ("solo se acuerdan cuando quieren que votemos por ellos"). Más de dos decenas de bases militares desactivadas a fines de los años 90, confirman aquella indiferencia. En medio de esta ausencia están los comités de autodefensa (CAD), los mismos que ayudaron a derrotar a Sendero Luminoso. Para ellos, las incursiones senderistas aún no han terminado.El Ministerio de Defensa ha informado que desde que se reconoció legalmente estos comités, en 1991, se entregó en todo el país 15.179 escopetas, entre Winchester, Mossberg y MGP-43. Estas armas, según el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, estarían distribuidas entre los 400 mil miembros --no precisan las cifras-- que integran los seis mil CAD registrados. Ninguna ha sido devuelta. Incluso, hasta el año pasado, según información del propio Comando Conjunto, se ha continuado entregando más armas (no precisaron cuántas). El analista en temas de narcotráfico y subversión, Rubén Vargas, considera que estos comités jugaron un papel importante en la lucha contrasubversiva, pero cree que ahora la situación ha cambiado: "las autodefensas deben tener nuevos roles y funciones, abandonarlos sería un gran error". Según el especialista, el Estado tiene que tener una mayor presencia en la zona para luego proceder a la recuperación de cada una de las armas. "No pueden exigir a los CAD que asuman para siempre competencias que no les corresponden". (Edición domingo).

  • [El Comercio,Pág. A 8]
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