Unas son de cal y otras son de arena. El dicho popular aplica a las medidas tributarias aprobadas por el MEF dentro de las facultades legislativas extraordinarias que le concedió el Congreso.Y es que si bien el Gobierno ha dado pasos positivos para establecer un horizonte tributario, también ha preferido hacerse de la vista gorda y mantener impuestos que nacieron como temporales, pero que se han convertido en permanentes. Respecto a lo primero hay que destacar la apuesta por la reducción progresiva de las exoneraciones para la selva y Amazonía que establecieron un trato discriminatorio en desmedro de algunas regiones y a favor de actividades delictivas, como el contrabando, la evasión y la competencia desleal detectados, por ejemplo, en los combustibles. Igualmente, resaltar las modificaciones tributarias (suspensión de intereses moratorios, mayor proporcionalidad en las sanciones, etc.) que han hecho más amigable la normativa. En lo negativo, se perdió la oportunidad de eliminar el ITAN y el ITF, que siguen vigentes hasta el 2011, pese a que la ley que delegó facultades al Ejecutivo establecía que serían reducidos hasta su eliminación. Ha prevalecido un afán recaudador del MEF que además ha introducido privilegios tributarios para el tesoro, injustificables en el actual escenario de bonanza fiscal. Lo que también queda claro es que bajo estas reglas de juego, el Gobierno no tiene justificación para instaurar más impuestos hasta el final de su mandato. (Edición sábado).
- [El Comercio,Pág. A 4] /