Como si el escándalo que produjo la difusión de las fotos de un grupo de congresistas en un restaurante de Brasil no fuera suficiente, los parlamentarios Carlos Torres Caro y Javier Velásquez Quesquén protagonizaron ayer un segundo capítulo de esta bochornosa saga.El nuevo lío comenzó en la víspera cuando, en la Comisión de Ética, el legislador aprista Javier Velásquez dijo: "Hay un congresista, que no voy a decir su nombre, al que tengo ganas de golpear, así me suspenden 120 días". Obviamente, se estaba refiriendo a Torres Caro, a quien él acusa de haber entregado las polémicas fotos.Ayer por la mañana, este último prácticamente retó a un duelo al vocero de la Célula Parlamentaria Aprista, y hasta le dio chance a que escogiera el arma y el lugar. "Yo espero su propuesta", respondió a los periodistas.