La aprobación del dictamen que permite la libre desafiliación del régimen privado de pensiones cierra un capítulo de fricciones alrededor de este importante tema y apunta a cumplir una oferta de campaña del partido de gobierno.En principio, hay que reconocer que la propuesta fue mejorada con la restricción de que solo podrán desafiliarse y retornar al Sistema Nacional de Pensiones (SNP) aquellos que ingresaron al Sistema Privado de Pensiones (SPP) hasta el 31 de diciembre de 1995. Precisamente, la norma alcanza a ese grupo de pensionistas cuyo pase al régimen privado implicó un perjuicio económico.Sin embargo, lo óptimo hubiese sido individualizar esos casos en lugar de generalizarlos, pues hasta 1995 había un total de un millón 400 mil afiliados, cuya eventual salida podría debilitar al sistema privado.Y es que desde su entrada en vigencia hace 13 años, el régimen privado de pensiones ha demostrado funcionar mejor y ser un mecanismo rentable para sostener la vida de la persona cuando pase a la condición de cesante. Esto contrasta radicalmente con lo que sucede con el sistema previsional estatal, que tiene déficit permanente, el cual debe ser asumido por el fisco, es decir por todos los peruanos.El dictamen aprobado, que requiere de una segunda votación confirmatoria, acierta en cuanto a fijar el carácter permanente de una pensión mínima, en la actualidad de 415 soles. Del mismo modo, resultan incorporaciones positivas la jubilación anticipada y el aporte voluntario del trabajador.Finalmente, la Superintendencia de Banca y Seguros deberá asegurar el flujo de información completa y oportuna para los afiliados, tal como deben hacerlo también las mismas AFP, de modo que cualquier decisión sea informada y responsable. (Edición sábado).