Lo que ya había sido adelantado por varios funcionarios del Gobierno de Michelle Bachelet quedó ratificado ayer: dentro de la agenda chilena no está el diferendo sobre los límites marítimos con el Perú. Si para algunos en el Perú aún existían dudas o esperaban un cambio de rumbo en Chile, el canciller de ese país, Alejandro Foxley, fue el encargado de poner sobre la mesa, una vez más, la posición de La Moneda. Incluso, el ministro sostuvo que la agenda bilateral podría avanzar más lentamente si desde el Perú surgen mayores presiones en relación con la frontera marítima. "Hay gente que pone piedras en el camino; ya las está poniendo todos los días. Tenemos que acostumbrarnos a cambiar el eje y a no ser presa de las personas que quieren impedir una relación para el siglo XXI", sentenció.